Proyectos como el Viaducto Aeropuerto-Playas de Tijuana, propuestos para uso mediante cobro de cuota y cuyo esquema de inversión por medio de recursos públicos y privados fue desechado recientemente, serán exitosos cuando conlleven transparencia en todos sus procesos, y los inversionistas asuman el riesgo en caso de no lograrse los aforos vehiculares planteados para la obtención de recursos.
Esto señaló el presidente de Compañías Mexicanas de la Industria de la Construcción del Estado (Comice) delegación Tijuana, ingeniero Edher Mendoza García, luego de una reunión con integrantes del organismo en su delegación Ensenada, y con la secretaria de Infraestructura de Baja California, Arq. Karen Postlethwaite Montijo.
Comentó que de acuerdo con la funcionaria, la actual administración estatal contempla ejercer alrededor de Mil 455 millones de pesos en obra pública antes de concluir su gestión, mismos que están en espera de ser aprobados.
Indicó que dialogaron acerca de esquemas de inversión por Asociación Público-Privada (APP) que tuvieron que ser desechados, como el del Viaducto Aeropuerto-Playas de Tijuana, esto debido a que no eran convenientes para las finanzas del Estado ni para la población debido a que generarían deuda pública.
Y es que dicha APP, surgida en la administración del exgobernador Francisco Vega, contemplaba que de no cumplirse con el aforo de vehículos y cuota suficiente para obtener los recursos que serían destinados al mantenimiento de la vialidad, el Estado tendría que solventar el diferencial no obtenido.
“Como proyecto de mejora al flujo vehicular no es malo, pero no estaban bien definidas las dimensiones ni el trayecto, nunca fue bien explicado si éste sería desde el aeropuerto hasta El Chaparral, o si directamente hasta Playas”, acotó Mendoza García.
Otra APP que fue desechada recientemente fue la de la Desalinizadora de Rosarito, que de acuerdo con Comice, se trataba de un proyecto de tamaño superior al necesario y que por ende generaría una deuda innecesaria para la población.
Aseguró que el tamaño de la desalinizadora sería exagerado para las necesidades reales, siendo que ese tipo de obras pueden realizarse por módulos, es decir, que según como crezca la demanda de agua debe aumentar la cantidad de módulos de dicho mecanismo, cada uno de 250 litros por segundo.
“Le reiteramos a la secretaria Postlethwaite que comprendemos lo difícil que han sido los últimos meses por la pandemia, pero hay que gestionar para contar con otras opciones para poder invertir en construcción de infraestructura y con eso detonar la economía”, concluyó el dirigente.
