Siendo que la ciudad de Tijuana cuenta con un largo historial de obras de pavimentos que no han perdurado debido a diversos factores, desde lo técnico hasta lo económico, y a la cercanía de esta ciudad con Estados Unidos; país que cuenta con infraestructura vial que es referente a nivel mundial, es considerable analizar y poner en discusión dicho tema.
Debido a lo anterior, el ingeniero David Arellano Aguilar, egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), ofreció una plática ante agremiados del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, A.C. (Cictac), en la que expuso diversos tópicos y problemáticas relativas a los pavimentos en Tijuana.
Teniendo una larga experiencia de más de 50 años en la materia, sostuvo que para él es una obligación delegar el conocimiento de vida profesional a las nuevas generaciones de especialistas en construcción, de ahí que voluntariamente solicitó al Cictac un espacio para exponer sus conocimientos.
Al realizar una comparación entre las filosofías económicas de Estados Unidos y México y el impacto de dicho aspecto en el implemento de tecnologías en pavimentos, sugirió que los ingenieros mexicanos erróneamente piensan que las obras que realizan son rentables.
En ese sentido explicó que dicho tema no suele ser tratado debido a que el sector vive en un falso estado de confort, aunado a que México tiene como vecino a la mayor potencia económica del mundo, país del que se adquieren a altos precios las tecnologías que se aplican en las obras.
“Hacemos las cosas lo más barato y al mayor tiempo, mientras que en Estados Unidos lo hacen lo más caro posible y si es rentable se replica, entonces son filosofías antagónicas; nuestras obras no son exitosas ya que las normas, procedimientos y metodologías utilizadas son norteamericanas; la nuestra es distinta puesto que ni tenemos el dinero, ni tenemos condiciones aceptables”, sentenció el especialista.
Por otra parte comentó que si se analizan detenidamente las especificaciones y factores de carga, se puede evidenciar que en la mayoría de las obras que se hacen en México, se desperdicia dinero en relación al factor de seguridad que se está ofreciendo, que suele ser de 220 a 230.
Indicó que no se están realizando obras de pavimento asfáltico, y que cuando se da el caso estos no son analizados, ya que los ingenieros dan por hecho que las métricas que son aprendidas en instituciones educativas y avaladas en órganos especializados en la materia son infalibles
“Las respetamos porque así nos dijo Juan Pérez o el Instituto del Asfalto, la UNAM, etc., siendo que todos ellos son meramente sistemas empíricos, y no tenemos lugar para decir si estamos bien o mal; somos ingenieros y tenemos la obligación de preguntárnoslo éticamente siendo analistas de la estructura”, abundó al respecto.
Finalmente aseguró que es urgente la participación de ingenieros analistas que también revisen el concreto a detalle ya que es un requerimiento que se deja de hacer, y que deben atenderse de manera rigurosa las fallas en la mano de obra, en la mano de obra de aplicación así como en los equipos de fabricación.