Alto Nivel.- Hace tres años, la industria y la ciudadanía no imaginaban un país lleno de paneles solares. Hoy, México observa un desarrollo vertiginoso de proyectos de generación de energía solar de gran escala, que lo colocan entre las primeras naciones en el aprovechamiento de la energía proveniente del sol.
La industria espera que el próximo año, la energía solar tenga una participación de 13% en la matriz de generación. Hace 36 meses, la energía solar no llegaba ni al uno por ciento de participación.
“Es un crecimiento exponencial”, asegura Israel Hurtado, secretario general de la Asociación Mexicana de Energía Solar Fotovoltaica (Asolmex).
El potencial del país no es gratuito y parece ser más bien un destino. México forma parte del cinturón solar, zona que considera a los países con mayor radiación solar en el mundo. El 85% del territorio mexicano tiene buena propagación de la energía proveniente del sol.
“Eso permite que desde cualquier parte del país puedas instalar paneles solares”, asegura Israel Hurtado.
Los industriales prevén que, en los próximos tres años, México se ubicará en el séptimo lugar a nivel mundial en términos de generación con energía solar. En la actualidad, se construyen cerca de 40 proyectos de centrales solares.
La reforma energética ha detonado el desarrollo de los proyectos de energía solar, ya que ofrece un marco legal que da acceso a los inversionistas.
Y para muestra un botón. Enel Green Power, empresa de origen italiano, construye en la Coahuila el parque más grande de Latinoamérica en producción de energía fotovoltaica, el cual será presentado esta semana.
Pero el llamado de México para convertirse en una potencia en la generación de energía solar aún tiene un recorrido bastante largo por transitar y no ausente de retos.
“El aprovechamiento que tiene México de la energía solar es muy bajo. Tanto por el lado del territorio, como el de la radiación solar”, asegura Alejandro Limón, investigador de Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Una política fiscal que incentive la inversión en energías limpias es el objetivo que el mercado persigue para detonar el avance de la energía fósil a las fuentes renovables.
La oportunidad dorada
“Estamos en una posición geográfica privilegiada”, dice Alejandro Limón al analizar la posición de México en este segmento.
La inversión de empresas extranjeras y regulación en el mercado eléctrico han permitido el avance del mercado de energía solar en México.
En el caso del país, el precio de los paneles solares ha caído en un 75% en los últimos años, de acuerdo con Asolmex. El precio promedio de la energía solar en la última subasta fue de 20 dólares, lo cual es un precio récord a nivel mundial. El precio de la energía solar está por debajo del precio del Gas Natural.
“México es un país muy atractivo para la inversión en la instalación de paneles solares”, asegura Israel Hurtado.
Por su parte, el investigador del CIEP explica que antes no existían los instrumentos fiscales para que se pudiera invertir para hacer los grandes parques que ahora vemos.
El cobro y beneficio neto han atraído el gasto de los pequeños consumidores de energía en generación distribuida, así como la atracción de los gigantes de la industria.
Los certificados de energía limpia se han convertido en otro de los incentivos para adoptar la energía solar. Este es un mercado nuevo, el cual acaba de inaugurarse este año. Aproximadamente cada certificado tiene un valor superior a los 300 pesos.
El gobierno otorga a los generadores de energía limpia un certificado por cada mega watt hora producida y, al final del año, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) realiza la transacción con los jugadores en el mercado.
La energía solar tiene la ventaja de que puede ser producida desde cualquier parte del país con la instalación de paneles, mientras que la energía eólica requiere de extensiones específicas por sus condiciones específicas.
Las subastas de largo plazo comprenden temporalidades de 15 a 20 años. Las empresas verán sus beneficios diferidos.
“Falta tiempo para emitir un juicio, así que debemos observar cómo funcionan”, dice el experto del CIEP, quien espera ver la política que ofrezca la nueva administración.
Nubarrones
Sin embargo, existe un contraste entre el tema fiscal y comercial. Un factor que puede jugar como un desincentivo: México cuenta con un arancel de 15% a las importaciones de paneles. Este impuesto ha enfrentado la resistencia de los industriales en los juzgados.
El Programa de Desarrollo Sectorial de la Secretaría de Economía permite la importación de paneles solares con un arancel cero.
Los aranceles en México no han afectado a la industria como en otros países. A finales de enero pasado, la administración de Donald Trump impuso un arancel de 30% a los paneles solares.
La medida puede beneficiar a México, ya que las inversiones pueden redireccionarse a territorio nacional.
Alemania tenía al inicio de su transición de energía limpias a fósiles un programa de inversiones en transmisión y distribución. Una política adecuada para impulsar el desarrollo de energía sustentable, explica Limón.
“En México todavía no hay suficiente inversión y solidez”, dice Limón Portillo.
“Es un poco complicado competir con países que nos llevan años de desarrollo y crecimiento muy importante”, dice Israel Hurtado de Asolmex, empresa que reúne a operadores, inversionistas, proveedores y desarrolladles de Centrales Solares Fotovoltaicas a gran escala. La asociación integra a empresas como Enel Green Power, Cemex Energía, Engie, por mencionar a algunos de sus 95 asociados.
Las elecciones federales durante 2018 despiertan suspicacias sobre el rumbo que tomará México en el aprovechamiento de energías limpias.
“Todavía hay mucho que aprender y en el tema de energía limpias sí podemos decir que llegó tarde la reforma energética”, asegura Limón Portillo.
Alejandro Limón cree que las energías limpias tienen futuro en México y también tendrán un impacto positivo en la vida de los consumidores. “Yo creo que el tema las energías sí se va a meter de lleno en el país”.