Alrededor de 400 proyectos de entre movilidad, medio ambiente, infraestructura, equipamiento urbano estratégico, vivienda y desarrollo institucional, han sido evaluados por la Mesa de Coordinación Intersectorial para la Priorización de Proyectos para Tijuana, sin embargo no se ha definido si se realizarán a través de recursos gubernamentales o asociaciones público-privadas.
Durante una reunión con Grupo Madrugadores, el representante de la Mesa, arquitecto Luis Duarte Mora, señaló que como parte de los trabajos de evaluación han concluido que mientras el bulevar zapata no es una prioridad, es imperioso aplicar recursos al rehúso del agua, porque «el agua ya la tenemos aquí, está tratada y no la estamos utilizando», por lo que antes que a una desalinizadora, se debe dar seguimiento al esquema de un sistema integral de tratamiento de aguas residuales.
Comentó que lo anterior deviene de un consenso en el que los veinte organismos que integran la coordinación, calificaron como inviable seguir con la desalinizadora, sin embargo reconocen que posteriormente se tendrá que dar, porque viene en el programa de desarrollo urbano de la ciudad.
Aseguró que el Zócalo 11 de Julio fue el proyecto más evaluado de los más de 300 que fueron abordados, no obstante, la calificación que logró no lo atribuye como prioritario.
En materia de transporte público y vialidades, Duarte Mora apuntó que se debe priorizar la mejora al transporte público por sobre realizar más obras viales, al tiempo que aclaró que en los trabajos de la Mesa no se hizo un análisis del Sistema Integral de Transporte (SITT)
«Hay instrumentos de planeación, están publicados, están definidos, el tema es: cómo los instrumentamos, cómo hacemos lo que dicen esos planes y programas de desarrollo urbanos; a nivel de planeación, estamos en mejor nivel que otras ciudades pero nos falta llevarlos a cabo», acotó.
En ese sentido, argumentó que aunque en los últimos años se han revertido errores de varias décadas en las que se hicieron asentamientos irregulares que después fueron regularizados, en esos lugares persisten problemas de planeación urbana y se vislumbra que en los siguientes diez a quince años, ocurran deslaves tal como sucedió en Lomas del Rubí.
«Lo mismo (…) va a pasar en otras partes, ¿por qué? porque están asentados en zonas de alto riesgo, en arroyos, en taludes, que no tiene estabilidad, que no tiene un asesoramiento técnico. Eso es muy normal porque no hay un asesoramiento, nadie los controla», concluyó Duarte Mora.