Se requiere ampliar la carretera que conectan Ojos Negros con Ensenada como también una nueva carretera entre Ojos Negros y la carretera a Tecate.
Ensenada, B.C.- A menos de un año que quede concluido, el Aeropuerto Ensenada-Ojos Negros se incorporará en un momento clave para el desarrollo económico de la región, estableció el Presidente del Consejo de Desarrollo Económico de Ensenada, Héctor Fabián Contreras Luengas.
Sin embargo, adelantó que esta obra requiere ampliar y mejorar las carreteras que conectan Ojos Negros con Ensenada y otras localidades cercanas, lo que hace indispensable una nueva carretera entre Ojos Negros y la de Tecate, para un acceso más rápido a Valle de Guadalupe y las fronteras vía Tecate con el fin de soportar el incremento del tráfico vehicular que generará el aeropuerto.
Entre los desafíos que presenta este proyecto, se encuentra una topografía accidentada, lo que podría incrementar los costos y la complejidad de las obras de infraestructura carretera, por ello la construcción y mantenimiento requiere una estrecha coordinación entre los distintos órdenes de gobierno y las empresas involucradas.
El proyecto se desarrolla en dos fases, la primera concentrada en la aviación general, aerolíneas de carga y comerciales, con el objetivo de impulsar el crecimiento económico y atraer turismo, mientras la segunda de ellas convertirá al aeropuerto en un hub internacional de pasajeros, consolidando su papel como motor de desarrollo regional.
Efecto multiplicador
Contreras Luengas convino que Ensenada, al recibir cerca de un millón de turistas al año, podría experimentar un crecimiento adicional de hasta el 20% en turismo internacional con la infraestructura de un aeropuerto internacional. Esto equivale a la llegada de 200 mil turistas adicionales, lo que beneficiaría directamente a la región vitivinícola del Valle de Guadalupe, que actualmente atrae más del 60% del turismo al valle.
Un estudio del Banco Mundial sugiere que una mejora en la conectividad aérea puede impulsar el PIB local entre un 1% y un 2% anual debido al aumento de la actividad comercial y la inversión extranjera; aplicado a Ensenada, este porcentaje podría significar una adición de aproximadamente 200 millones de pesos anuales al PIB del municipio, con beneficios extendidos al sector de manufactura y comercio, detalló.
La inversión total estimada, desglosó, no solo es la construcción del aeropuerto sino también el desarrollo de áreas comerciales y de servicios para apoyar el tráfico aéreo y turístico esperado, áreas que podrían añadir millones de pesos en inversión privada adicional en hoteles, restaurantes y otros servicios.
Con el aeropuerto, ponderó, se facilitaría la exportación de productos locales de alto valor, como vinos y productos agrícolas, que actualmente dependen de la logística terrestre a Tijuana u otros aeropuertos. Esto podría reducir los costos de exportación hasta un 15%, haciéndolos más competitivos en los distintos mercados del mundo, generando ingresos adicionales para el sector agrícola y vinícola de Baja California.
Estos datos, reveló, muestran que el Aeropuerto de Ensenada tiene el potencial de transformar la economía local, creando un impacto positivo a través del empleo, el turismo, la inversión y las exportaciones, efectos que suelen tener un ciclo de largo plazo, potenciando el desarrollo regional y mejorando la competitividad de Ensenada como un nodo clave en el corredor México-Estados Unidos.
En México, indicó, no existe una regla específica que determine un periodo obligatorio para que un aeropuerto opere exclusivamente como aeropuerto de carga antes de poder recibir vuelos de pasajeros.
Sin embargo, algunos aeropuertos en desarrollo pueden iniciar con operaciones de carga en sus primeras fases para asegurar la viabilidad económica, generar ingresos y desarrollar infraestructura básica antes de expandir sus servicios a pasajeros.
Este enfoque es común en el desarrollo de aeropuertos en áreas con menor demanda inicial de pasajeros, abundó, donde el tráfico de carga puede ayudar a establecer la infraestructura y la logística necesarias para atraer inversiones y, eventualmente, para satisfacer la demanda de vuelos comerciales.
Este modelo gradual, concluyó, permite también asegurar que los sistemas de seguridad, aduana, y servicios de apoyo logístico se adapten antes de agregar la complejidad de los servicios de pasajeros.