La intención de expropiación del Club Campestre por parte del Gobierno del Estado “es un tema absurdo y poco fundamentado”, señaló el Mtro. Julio Torres Coto, en una plática virtual sobre la historia del inmueble, ante miembros del Grupo Madrugadores de Tijuana.
“Es cierto, muchos de los gobiernos anteriores y particulares asociados con ellos, han vendido los terrenos que se habían donado para parques, pero la ciudad ya creció; los habitantes de la Zona Este no van a ir a un parque en el Campestre, necesitan los parques allá”, puntualizó.
Hacen falta parques en la ciudad; sin embargo, mencionó que el recinto histórico no debería considerarse como tal, ya que por origen es un área verde que beneficia en muchos aspectos, como la captura de carbono y producción de oxígeno, y que al municipio no le genera costo.
“Es a costo de los socios del club. Sí se está haciendo un servicio a la ciudad y que no le cuesta. Además, el club trata aguas negras del fraccionamiento Chapultepec, Hipódromo, Colinas de Agua Caliente, por decir algunas, y no le cuesta a la Cespt, al contrario”, reiteró el también socio fundador y honorario de Grupo Madrugadores de Tijuana.
Agregó que “son muy pocos los inversionistas en Tijuana que pueden hacer eso, por el volumen de agua que consumen. No se justifica con una planta de tratamiento; sin embargo, esto beneficia a la ciudad y sociedad, porque nos evita problemas de contaminación, eso también tiene valor y no se puede descartar”.
Además, Julio Torres Coto indicó que no se deben minimizar los efectos colaterales, en este caso, son alrededor de cinco mil familias las que dependen económicamente del club, como empleados y proveedores que obtienen sus recursos a partir de lo que produce el Campestre.
En cuanto al valor estimado del Club Campestre, el ingeniero civil y maestro en valuación detalló que es de más de 600 millones de pesos, lo que equivale a unos 500 dólares por metro cuadrado, considerando que el lugar cuenta con una superficie de 60 hectáreas.
“Antes de Carlos Salinas, la expropiación se hacía mediante una indemnización y eran 10 años para pagar, ahora hay que pagar antes. Entonces, estamos hablando de muchos, cientos de millones de pesos que tendría que sacar el estado de algún lado. Claro, ya se las ingeniarán”, apuntó.
También estimó que jurídicamente se puede justificar, pero, con base en pláticas con abogados que son socios del club, dijo que “el juicio puede tener muchas aristas, coincido lo que dicen algunos expertos, el juicio puede ser muy largo”.
CAMPESTRE, SIN NOTIFICACIÓN
Por su parte, Héctor Santillán, socio de Grupo Madrugadores de Tijuana, así como del Club Campestre por más de 50 años, comentó que la directiva de este último no ha recibido una notificación u oficio sobre la expropiación.
“He platicado con la directiva; nosotros no debemos hacer ningún caso a expresiones políticas. El club no ha recibido ninguna notificación y al caso no podemos hablar absolutamente nada al respecto (…) Hay un equipo jurídico del club, pero creo que no va haber necesidad”, abundó.
Apuntó que el tema controversial se da más por “un capricho de políticos en el cual desgraciadamente envolvieron al club”, y como socios, omiten cualquier declaración. “Entre menos hablemos de esto, menos va a pasar. De aquí a un mes se olvida todo. Lo mejor es quedarnos calladitos”, en referencia a una posible postura del Campestre.
Santillán reiteró que son alrededor de 814 socios a los que les cuesta el mantenimiento del club, por lo que al estado le costaría una gran cantidad de dinero y el gobernador Jaime Bonilla Valdez ignora la situación.
“Pagamos un dineral nada más de energía eléctrica. De agua, mensualmente, más de 500 mil pesos; de energía, lo mismo, y todo para mantener esa zona verde, no sabe ni lo que dice el señor gobernador, con todo respeto”, concluyó.
