Apuntes del Zarco
Por: Moisés Fco. López Smith
Una de los mejores placeres y sobre todo, tradicionales comidas aquí en México, es la que los trabajadores de obra comparten entre ellos y nosotros: Tortillas, frijolitos caseros, arroz frito, pollo en salsas, huevos a la mexicana, burritos y esa suculenta salsita picante que no puede faltar, tal como sólo ellos saben hacerla. Sólo es cuestión de unos bloques, un pedazo de lámina o varillas y para darle el toque especial: leña de merma de barrotes y triplay.
No es por exagerar, pero esos desayunos o comidas con esa sazón mexicano, no le pide nada a un restaurante de mantelitos o una buena taquería, y lo digo en serio.
Quien no haya estado en estos banquetes, vaya haciendo fila porque el sabor a tierrita en las tortillas y ese aroma a madera de pino, es irresistible, sin mencionar la tertulia, guasanga, camaradería, risas y carrilla entre los invitados al convite.
Por lo regular, el desayuno, lo preparan las esposas o compañeras de albañiles o equipo de obra, pero la comida normalmente, sucede entre todos, unos ponen las tortillas, otros las bebidas y el más adinerado, el pollo, la birria o los tamales. Nunca puede faltar el arquitecto o ingeniero al banquete, por lo menos para poner las cahuamas o refrescos, o en el último de los casos, para gorronear.
P.D.: Se nos pasaba algo; no puede faltar su Cocota de 20 litros o ese cahuamón helado y escarchado que hacen el maridaje perfecto de la mañana o sábados de raya.
El autor es arquitecto y director de pi9lab
moises.l.smith@gmail.com