Las palabras claves en este análisis son:
Alcantarillado sanitario, saneamiento, gestión integral, operación y mantenimiento, manejo integral de los lodos, reposiciones y rehabilitaciones, inversiones, altos costos, ineficiencias, tarifas, participación privada.
La razón que nos hace presentar este análisis y comentarios es la publicación que se hizo recientemente de la llamada “Guerra sucia entre Tijuana y San Diego por las aguas que contaminan sus costas” y también por la reunión de trabajo convocada por CESPT, donde presentaron una propuesta de un plan de saneamiento integral del alcantarillado y saneamiento de Tijuana” y a quien agradecemos la invitación.
A invitación de la misma CESPT hacemos estos comentarios y nos hacemos responsables de lo que aquí exponemos.
Hasta finales del 2017 el sistema de alcantarillado y el de saneamiento de las aguas residuales presentan un estado crítico, producto consideramos de una mala gestión de los sistemas en lo general desde hace tiempo.
Con esto nos referimos a que no solo hacen falta inversiones para las reposiciones y rehabilitaciones, sino también de una mejora integral de la planeación y de la operación y mantenimiento de estos sistemas de alcantarillado y saneamiento pero también de los de agua potable.
En el pasado, el alcantarillado sanitario de la ciudad ha tenido varias crisis que se han resuelto con proyectos que consideramos exitosos en su momento, como: la PTAR de Punta Bandera, el proyecto Bid-Banobras, la PTAR Internacional, las plantas de tratamiento del crédito japonés, el proyecto Tijuana Sana, entre otros, mismos a los que les ha faltado continuidad de planeación, operación y mantenimiento, y es lo que estamos viendo actualmente.
La infraestructura se ha caído de tal manera que los colectores están teniendo colapsos por falta de limpieza adecuada y de mantenimiento y en algunos casos de reposiciones, las estaciones de bombeo de aguas residuales sufren un deterioro también producto de la falta de operación y mantenimiento adecuado, así mismo las plantas de tratamiento.
Los recursos humanos, las herramientas y el equipo que se requiere para asegurar las acciones de operación y mantenimiento adecuado no existen en la actualidad.
Todas las fallas y deficiencias del sistema, tanto de las redes como de las estaciones de bombeo y de las plantas de tratamiento ocasionan derrames que en su gran mayoría van a dar al rio Tijuana y posteriormente al mar, causando problemas de contaminación tanto en la zona urbana de Tijuana, como en las playas de México y de Estados Unidos, provocando con esto un conflicto internacional que merecería mayor y mejor atención.
Aunado a la problemática de las “aguas negras” se tiene el problema de los lodos producto del tratamiento de las aguas residuales que también está en un estado crítico por estar saturado el único sitio formal de confinamiento que se localiza en la zona de Punta Bandera. Esto es una verdadera bomba de tiempo por el volumen de lodos que generan y porque se empieza a dar un manejo clandestino de estos lodos que se disponen en sitios no controlados así como lo que representará el costo de la solución a este problema específico de los lodos.
En el tema de reúso de las aguas residuales tratadas prácticamente es nada, es mínimo lo que se reúsa. Más del 94-95% de las aguas se tiran y desperdician sin ningún beneficio.
Y la reutilización del agua ha dejado de ser un recurso marginal y puede y debe convertirse en una herramienta esencial para afrontar la escasez
La tecnología lo hace posible, la sociedad lo demanda, el medio ambiente lo agradece y la inteligencia lo aconseja. ¿Por qué no lo hacemos?
Para los retos futuros: la reutilización del agua negra tratada para uso potable será una opción; si el agua negra se trata en forma eficiente se convierte en una fuente de recursos. El agua residual no debe verse como un problema sino como un recurso y un recurso valioso.
En los países donde se ha resuelto el problema del abastecimiento y del manejo de las aguas es donde las aguas residuales se reúsan y lo mismo debe suceder con los lodos.
En lo institucional se aprecia una falta de coordinación y de liderazgo entre las distintas dependencias del sector: Conagua, CEA y Cespt e incluso el municipio no tiene ninguna participación a pesar de tener una silla en el consejo de administración del organismo operador, la Cespt.
La solución de los problemas actuales implica inversiones para las reposiciones de redes de alcantarillado, de rehabilitación de plantas de bombeo y de tratamiento, pero también para el tratamiento y manejo integral de los lodos.
En términos generales y con números paramétricos, podemos estimar inversiones del orden de:
1.- en reposiciones y rehabilitaciones de colectores y redes de alcantarillado sanitario existentes: 300 millones de dlls
2.- en rehabilitaciones y reposiciones de estaciones de bombeo de aguas residuales existentes: 100 millones de dólares.
3.- en rehabilitaciones de plantas de tratamiento de aguas residuales existentes: 200 millones de dlls.
4.- en nuevos colectores y estaciones de bombeo: 300 millones de dlls.
5.- en nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales: 400 millones de dólares.
6.- en un sistema integral de tratamiento, transporte y disposición de los lodos: 500 millones de dólares.
7.- en un proyecto y obras integral para el reúso de aguas residuales tratadas: bombeos y líneas de conducción para infiltración (opción valle de las palmas). 400 millones de dólares.
8.- un lote de equipos de limpieza y desazolve de redes, de distinto tipo y tamaños, vehículos, sistema para control de la operación, comunicación, scada, telemetría, o similar para mejorar el control operación del sistema: 400 millones de dólares.
Total aproximado: 2,600 millones de dólares.
Es obvio que los números pueden asustar, pero puede y debe establecerse un esquema de participación pública y privada programada, con recursos federales, estatales y privados, mezclados, priorizados por etapas que lo haga factible.
Así mismo los recursos propios generados por la tarifa que en su parte proporcional le corresponden al alcantarillado, deben ser aplicados para ese fin. Es seguro que no habrá recursos públicos suficientes para atender esta necesidad y en este sentido la participación privada no es una opción, es la única posibilidad de que esto se pueda realizar.
La participación privada, la vemos como “la única opción” para que se mejoren los servicios. Porque hay experiencia probada, recursos: económicos y materiales, tecnología, y gestión con continuidad, sin cambios políticos que definitivamente afectan la gestión. Se blindaría el organismo operador de los cambios e injerencias políticas.
Además, los recortes cada vez mayores del gobierno federal obligan, también cada vez más, a la participación privada, obvio con transparencia, con pulcritud y limpieza en los procesos. La participación privada no es privatizar el agua, este concepto se ha distorsionado por ignorancia y/o por mala fe.
Toda la infraestructura que a la fecha se ha construido en la ciudad, en el Estado y en el país la han construido empresas privadas, solo que con recursos públicos en su mayoría.
Y los servicios que se prestan en los sistemas de agua como seguridad, limpieza, mantenimiento de equipos, vehículos, proyectos, construcción de redes, entre otros, los prestan empresas privadas.
¿Por qué ahora se asustan algunos de que haya participación privada aun cuando ahora el esquema es que sean construidos y financiados con recursos privados?
Las únicas instalaciones de la misma Cespt que están bien operadas y mantenidas en la ciudad son las que están en manos de empresas privadas y esto lo reconoce la actual administración de la Cespt.
Aunado a esto insistimos en que debe de verse y definir una estrategia de cambio para asegurar la eficiente gestión de los sistemas. Los servicios de agua deben ser profesionalizados. No se puede seguir improvisando con gente que no sabe del tema.
Solo de esta forma las inversiones que se vayan ejerciendo podrán tener los resultados esperados y no como ahora que, por descuidos y mala gestión, la infraestructura y los servicios están tan deteriorados.
El gobierno debe demostrar con hechos que el tema del agua es de verdad una prioridad.
Solo en la medida que el agua sea una verdadera prioridad, podrán participar todos los actores involucrados, porque es un tema transversal a todos: población, gobiernos, organismos operadores, cámaras, colegios, academia, grupos intermedios, usuarios de los servicios, industrias, comercios, entre otros.
Tener un marco legal, tener una ley acorde a las necesidades actuales, contar con un regulador, tener la titularidad y asignación del agua requerida para las ciudades, tener certidumbre y credibilidad en las instituciones que incentive y motive la participación privada, que los OOA cuenten con los recursos suficientes para asegurar la correcta prestación de los servicios para beneficio de la sociedad, etc.
Los siguientes puntos que mencionaremos, vemos que solo serán posibles de lograr si el tema del agua es subido de nivel para ser una verdadera prioridad en el Estado.
El liderazgo en el Estado en materia de agua lo debe llevar la CEA-BC, fortalecido en sus obligaciones. Debe ser el regulador natural de las aguas en la entidad, teniendo así un efectivo control, supervisión y regulación de los organismos operadores de agua, para garantizar la efectividad, calidad y sustentabilidad de los sistemas de agua.
¿Y por qué no pensar en una secretaria del agua?
Urge se tenga el marco legal acorde a los tiempos con una Ley Estatal del Agua moderna, de vanguardia que considere los elementos que la sociedad ha manifestado, para que pueda llevar al Estado hacia un camino de sustentabilidad, seguridad, equidad y competitividad en el tema hídrico. Que sea un instrumento aplicable con acciones de vigilancia y control, en el tema de la trasparencia y rendición de cuentas.
Los municipios y los sistemas de agua y alcantarillado deben tener asegurados legalmente los volúmenes de agua que requiere la población. En la actualidad no todos los tienen.
Los consejos de administración de los OOA deben tener una participación de la sociedad organizada, equilibrada con la participación del gobierno.
Las tarifas deben ser analizadas y propuestas por los OOA y autorizadas por sus propios consejos de administración, verdaderamente sustentadas en los costos y las necesidades de los OOA y con fórmulas automáticas de ajuste, solo así se le puede dar continuidad a la operación y mantenimiento adecuado de los sistemas.
El agua es un derecho humano, pero las tarifas por la prestación de los servicios deben reflejar los costos.
Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores, se le debe abrir espacio y romper con los mitos de los esquemas de Asociación Público-Privada (APP). Las inversiones y mejoras de la gestión que se requieren en temas de agua solo podrán ser completadas con la participación privada.
Urgente ver nuevos esquemas de operación de los OOA y del sector: organismos metropolitanos, empresas mixtas, concesiones y dentro de esto la participación privada, que se ve como única opción para financiar la infraestructura que tanto se requiere, y que cree y le apuesta a esto, con propuestas y esquemas muy competitivos.
Eficientar y profesionalizar su personal y blindar los cargos directivos de acciones políticas. Los nombramientos de los mandos directivos deben ser autorizados por los consejos de administración con la participación de la sociedad organizada.
Fomentar las acciones que aseguren la correcta y permanente operación de los sistemas de alcantarillado y saneamiento, incluyendo el tratamiento y disposición adecuada de los lodos y el reúso micro y macro de las aguas residuales tratadas. En esta región, de las más áridas del mundo, el reúso de las aguas debe ser obligado y visto como una solución para garantizar el suministro del agua.
Se requieren políticas y mecanismos que blinden a los OOA de subsidios, condonaciones y descuentos, en muchos casos totalmente injustificados que solo lesionan y merman las finanzas de estos en perjuicio de la prestación de los servicios.
A la sociedad civil en general, los cuales son todos usuarios de los sistemas y requieren de los servicios que ofrecen los OOA, también se les exhorta a que adapten su comportamiento a los nuevos desafíos que enfrenta la región en la materia, empezando por la cultura del agua y de pago; que en sus acciones se vea reflejada la educación que se tiene y lo que la inteligencia aconseja sobre el buen uso del agua, ya que la participación de la sociedad no debe acotarse solo a las consultas públicas, la sociedad debe estar informada, identificar necesidades, proponer alternativas de solución, participar activamente y buscar consensos.
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El autor es vicepresidente Nacional del Sector Hídrico de la CMIC, miembro del Consejo Mundial del Agua y catedrático del Instituto Tecnológico de Tijuana.